jueves, 8 de diciembre de 2011

ENTRE TU Y YO

I


Me miras, te sonríes.
Te miro, y te alcanzo.
Te siento entre mis labios,
y calmas mi ansiedad,
sobre lo que pienso
y sobre lo que trato de hacer.

Conoces de mí más que yo de ti,
y en medio de tu cuerpo
como de tu misma alma
salta una estrella para alcanzarme.

¿Cómo hacer para alejarme de ti;
para evitar que se desborde
mi mar de ilusiones,
y que se termine este temor
de amar y amar,
entre aurora y canto?

Todo lo entiendes
hasta hacia dónde van mis miradas,
por esto de andar siempre conmigo.
De dejar que te aprisione,
te acaricie, y dialogue contigo.

Porque estás en mí
en medio de lo mío.
Aquí mismo entre mis letras,
y te tengo, aún sabiendo
que un día te irás de mi vida,
llevándote mi fuego y mi calma.

miércoles, 12 de octubre de 2011

DEJAR DE AMARTE

Para dejar de amarte
debo arriar la bandera del Sol
que icé hace tiempo.

Detener el cauce
que inventé en mi cuerpo,
soltar la nave
que ancló en mi puerto,
desbaratar pañuelos
y verlos solos
irse con el viento.

Ver morir dos lágrimas
por lo que se queda adentro
y permanecer contemplando mi cadáver
que se llena de despedidas y regresos.

No quiero despeinar la idea
y el hecho que te quiero;
viro la hoja y firmo:
"Para dejar de amarte
debe morir mi verso".

Cómprame una entrega


Desde ayer te espero
con el paso de todo lo que toco.
Me encierro en mis anhelos
tratando de encontrarte
a la vuelta del tiempo
o en el mismo calendario.

No vuelves. No regresas.
No sé de tus misterios

Desde ayer me ilusiono
por cosas que irreales
como tu piel despierta
mordida por mis labios.
Como tu pecho de fuego
palabra de pecado
oración de paganos
en medio de la entrega.

No sé si hago mal
en querer ser tu dueña.
Pero llevo en mi fuego
un pagaré vencido
dejado por tu cuerpo.

No reclamo intereses
reclamo el pago de la deuda.
Y si no es mucho pedirte,
a lo mejor cancelo
con solo tu respuesta
de pasos a mi destino
el tiempo de la espera

martes, 4 de octubre de 2011

CARTA

Escribo para ti 
aunque sé que sigues la ruta de otra Luna.
Escribo para ti 
como si fuera al mar
a hablarle de las cosas de los días de espera.
Cuando bien lo sé
que el agua pondrá lazos a mis palabras nuevas.

Escribo para ti 
por tu enjambre de hechos
por nuestros días de fiesta;
quizá por lo que no recuerdas
tu anhelo entre mis manos
mis labios en tu color relámpago
y mi fuego al habitar tus sueños. 

Escribo para ti 
sabiendo que no sabes
que llevas una dulce sonrisa debajo de los ojos
ni que tienes un Sol levantando en tu rostro.

Escribo para ti 
cuando vas fugaz para mí 
y llevas prisa de ausencia.

Escribo para ti
porque no puedo amarrarme a tus brazos
y dejarte marchar
de todos mis contornos
como algo que fue sólo
un nuevo despertar.